viernes, 21 de noviembre de 2008

Para empezar...

(Ecl 1:2-4) He visto cómo el hombre se afana en cosas sin sentido, cosas como comer, ser alguien, sentir… y su a alma engaña. No se cansa el hombre de engañarse a sí mismo. Alguna vez dijo: "Mira, he cambiado. Ya no peco más de esta manera… Esta vez me he equivocado pero no volverá a pasar". Pero el pecado es fuente antigua en el hombre y sigue siendo lo mismo en la actualidad. Así es como también muchos intentan preservar sus nombres a través de su justicia. Y pasa generación tras generación y el polvo vuelve a llamar a todos sin excepción. (Ecl 1:12-18). He visto a muchos hombres correr tras el viento, con la esperanza de algún día alcanzarlo… Pero ni el viento se alcanza, ni el hombre llega a comprender que nunca lo alcanzará. Conocí a Cristo, conozco su amor y sabiduría, y aun no me canso de tratar de cambiar a las personas… sigo cansándome detrás del viento. (Ecl 2:1-2). Encontré que todo lo que podía llegar a disfrutar en la vida, algún día lo iba a tener que llorar. ¿De que sirve el deleite humano? (Ecl 2:3-11) Hay demasiados hombres que tratan de alcanzar las estrellas con sus manos, se siegan tras sueños y cuando logran alcanzarlos se dan cuenta que invirtieron su vida en algo que pasará. ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde el alma? Corren tras el viento que nunca alcanzarán. (Ecl 2:12-16) Entonces comencé a analizar qué hacer con mi vida y vi que el único provecho que puede conseguir el hombre en esta vida es Cristo. Pero tristezas y alegrías vienen al justo y al injusto por igual. (Ecl 2:17-26). Y me percaté que todos los hombres actúan bien según su justicia. Todos creen tener la verdad para ellos. El que se siente solo busca compañía, el que tiene hambre busca el pan y el que sufre busca consuelo… y vi que todos estos esfuerzan por conseguir algo de la vida son vanos para el hombre. Si no tienes a Dios ¿de que vale el afán diario? ¿Cuándo se cansara el hombre de saciar su sed con agua que no le pertenece? El que acumula para sí amor, comprensión, afecto, compañía, dinero y cosas parecidas cree alcanzar el viento. (Ecl 3:1-8). El hombre tiene su tiempo para todo, pero el mismo trata de apurar los procesos (Ecl 3:9-11) ¿Para qué se afana el hombre? ¿Por qué no esperar los tiempos de Dios? ¿Por qué si Dios ha puesto un sentir de eternidad en él? (Ecl 3:12-15) Sé que el hombre debe esperar y alegrarse en Dios, ya que si tiene paciencia Dios cumplirá los tiempos antes de lo que el mismo hombre cree y será hermoso. Dios enseña al necio. (Ecl 3:16-22 ). He visto mucha injusticia debajo del sol y a muchos impartiéndola según su propia opinión, pero a todos nos juzgará Dios. Aprovecha tu vida. Haz el bien a todos. (Ecl 4:1-6) Me di cuenta que a todos le vienen tormentas en la vida y todos deben pagar un precio por vivir (Ecl 4:7-12). Hay muchos que viven trabajando para suplir toda necesidad, ¿pero quién suplirá su soledad? Es completamente absurdo vivir ensimismado en tus afanes. Más vale que tengas una mano verdadera para que cuando tropieces te apoyes en ella. Cuando tengas a alguien especial, cuídalo, no lo apartes de ti, sino que síguele para que te apoye, aunque no le veas estará junto a ti. ¿Quién te parará si tan solo edificaste amistades para cubrir tus necesidades? ¿Por qué corres tras el viento? (Ecl 4:13-16) No importa que te quedes sin nada… más vale solo y con el favor de Dios que acompañado de hombres.